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100 AÑOS DE INAUGURACIÓN TIENE EL MONUMENTO EN MEMORIA DE LOS BOMBEROS CAÍDOS EN “EL POLVORÍN”

 

Fue un 5 de mayo de 1916 que el Presidente de la República de Panamá Belisario Porras, en honor a los camisas rojas   inauguró el monumento  que eterniza la memoria de los Bomberos que perecieron en la gloriosa jornada de “El Polvorín”.

En este acto en 1916 el Doctor Julio Arjona,  en aquel entonces Alcalde Municipal del Distrito de Panamá, dijo la siguiente poesía de su inspiración:

 

“VOSOTROS SOIS LOS HEROES”

 

Vosotros sois los héroes, los héroes de la fama

Los que libráis batallas en medio de la llama

Voraz, que tala y mata del hombre la labor,

Vosotros sois los héroes, los héroes que proclama

La historia excelsa y justa que os brinda su oriflama

Haciéndose venerados en un mundo de dolor.

Cuando al peligro os llama la voz de los clarines,

Erguidos vais volando a los lejanos confines,

Derroche  derramando de esfuerzo, abnegación

Y en el combate recio semejáis querubines

Que modularan cantos de mágicos violines,

Emanación del cielo, que toca el corazón.

El uniforme regio del héroe en la batalla,

Que vela por su patria, sufriendo la medalla,

Buscando su renombre por único escabel;

No es la camisa roja conque sucumbe y talla

El bombero arrojado, que al fin la muerte halla,

Cuál única prebenda, cual sublime dosel.

El casco que el bombero, ostenta en la cabeza

Es timbre de alto orgullo, de valor y nobleza,

Que el mundo agradecido se empina a contemplar;

El brillo de sus frentes es nimbo de grandeza,

Que emerge de la lucha en la heroica fiereza,

Que las glorias idealiza para nunca eclipsar.

Si vemos convertido el cielo en nubarrones,

Y las llamas, y el humo, destruyen los bastiones

De regia fortaleza, del rico talismán;

Si vemos encendidas del pobre las mansiones,

Que llora y que contempla sus muertas ilusiones,

Allí abnegados, firmes, los bomberos están.

Si vemos las ciudades en ígneos convertores,

Si alumbran negro el cielo del fuego los horrores,

Si todo es cruel sollozo que llega al corazón;

Si el panorama lúgubre altera los dolores

De consternadas madres, de negros sinsabores

En la hecatombe incierta de cruel conflagración.

Si cuando todo inspira horror, y miedo, y llanto,

Cuando en valientes rasgos se vislumbra el quebranto

Que exterioriza siempre la fuga del valor;

Cuando en la altura vemos vagando sacrosanto

El nombre de algún héroe inmolado en el santo

Y excelso sacrificio que nos brinda el honor,

Allí solo el bombero, de pie, alta la frente.

Concurre a la llamada del jefe, reverente

Acepta el sacrificio que lo hace engrandecer;

Alegre se le mira desafiar la candente

Vorágine horrorosa que pregona estridente,

La voz de mil clarines que llaman al deber.

Decidme al fin, que alcanza el bombero en la bregada

Es un héroe, y a veces la indiferencia ciega

Le olvida galardones que da la gratitud;

El mismo inmortaliza en la infernal refriega,

Humilde peregrino a la grandeza llega

Rodeado de los nimbos de gloriosa virtud.

Porque el bombero encarna sublimes ideales

Su frente está alumbrada de lauros inmortales

Que bríndale solicito el excelso deber;

En sus manos empuñadas ostenta los rosales

Que ofrece en holocausto a mundos siderales

De su agitada vida al triste atardecer.

Benditos sean los héroes que sucumben, dormidos

Aquí se encuentran ellos, soberanos vencidos,

En la tenaz contienda que lleva a lo inmortal;

Benditos sean los héroes que en el polvo convertidos,

Arrancan de las almas recuerdos y latidos

Para seguir viviendo una vida eternal.

Vosotros sois los héroes, los héroes de la fama,

Los que libráis batallas en medio de la llama

Voraz que tala y mata del hombre la labor;

Vosotros sois los héroes, los héroes que proclama

La historia excelsa y justa que os brinda su oriflama

Haciéndoos venerados en un mundo de honor.

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