ORQUESTA DE BOMBEROS DE CHEPO “SON DEL BAYANO”: UNA HISTORIA DE PASIÓN, RITMO Y SERVICIO

Todo comenzó con una pregunta sencilla, pero poderosa:
¿Y si en vez de traer músicos de afuera, tuviéramos nuestra propia orquesta, hecha por bomberos?
Eran tiempos en que cada actividad en Chepo —especialmente durante las festividades del Cuerpo de Bomberos— cerraba con música. Después de los actos protocolares, venía lo esperado: el baile, la celebración popular. Grupos invitados, como la orquesta de la Policía Nacional, solían poner el ritmo. Pero para el arquitecto y teniente coronel Cirilo Castillo (padre), de la Zona Regional de Panamá Este-Darién, algo faltaba.
“Le propuse al comandante, primer jefe Luis A. Rodríguez, formar una agrupación musical integrada por nuestros propios bomberos”, recuerda. “Al principio me miró con duda, pero luego aprobó la idea”.
Así, con ilusión, disciplina y mucho corazón, nació la Orquesta Son del Bayano, un nombre que rinde homenaje directo a la comunidad que los vio nacer. El 5 de agosto de 2004 fue su fundación oficial, y en este 2025 celebran con orgullo su 21° aniversario.
Desde entonces, la orquesta ha sido mucho más que un grupo musical: ha sido símbolo de unión, talento y cultura. Su repertorio es amplio —salsa, boleros, música nacional, dominicana, típica panameña y cubana—, todo interpretado por talentosos miembros del Benemérito Cuerpo de Bomberos de la República de Panamá.
Son del Bayano no solo ha conquistado escenarios locales. También ha representado al país en el extranjero, con especial presencia en Costa Rica. Y si hablamos de antecedentes, muchos recuerdan al “Combo Internacional”, otra agrupación formada por bomberos que en su época recorrió escenarios de Centro y Sudamérica.
Hoy, más de dos décadas después, Son del Bayano sigue encendiendo corazones —esta vez con notas musicales— en desfiles de antorchas, aniversarios, dianas y demás eventos institucionales. Su presencia es sinónimo de alegría y orgullo en cada rincón del país.
Porque en Chepo, los bomberos no solo apagan fuegos: también encienden el alma de la comunidad con su música.
Y esa, también, es una forma de servir.