MÁS QUE CUERDAS: EL VALOR DE LOS NUDOS Y AMARRES EN LA LABOR DEL BOMBERO

En el mundo del rescate, cada segundo cuenta. Y aunque hoy contamos con tecnología avanzada —arneses, cuerdas dinámicas, dispositivos de descenso y ascenso— hay saberes que siguen siendo esenciales, porque no solo salvan vidas, sino que honran la tradición, la experiencia y la preparación de quienes arriesgan todo: nuestros bomberos.

Uno de esos conocimientos fundamentales es el uso de nudos y amarres conscientes e inconscientes. Más allá de una técnica, son una expresión de control, seguridad y confianza. En situaciones críticas, donde no hay tiempo ni equipos disponibles, saber hacer un nudo bien puede significar la diferencia entre la vida y la muerte.

Un nudo consciente es aquel que se realiza con atención plena, respetando el orden y la técnica adecuada. Desde la correcta colocación del nudo pectoral hasta el amarre abdominal, cada paso tiene una razón de ser: proteger. No es solo atar una cuerda, es asegurar una vida.

Aunque muchas de estas técnicas se enseñan desde las primeras etapas de formación y no siempre se usan a diario, dominarlas es crucial. En escenarios donde la tecnología falla o no está disponible, los conocimientos tradicionales salen al frente. Y es ahí donde la experiencia del bombero brilla.

Armar una silla de rescate con un simple medio lazo puede parecer básico, pero requiere precisión, calma y confianza. Ese tipo de destrezas no se improvisan: se entrenan, se respetan y se actualizan.

Desde el Benemérito Cuerpo de Bomberos de la República de Panamá, hacemos un llamado a valorar y mantener vivas estas técnicas, integrándolas con las herramientas modernas. Porque el equilibrio entre el conocimiento ancestral y la tecnología actual es lo que verdaderamente fortalece la misión de salvar vidas.

 

MAH