TTE. CNEL. LOURDES ROJAS: 33 AÑOS DE SERVICIO VOLUNTARIA AL FRENTE DE LA EMERGENCIA

En un mundo donde la entrega desinteresada y el servicio a los demás se vuelven cada vez más escasos, la Teniente Coronel Lourdes Rojas representa el verdadero espíritu del bombero voluntario. Con 33 años de servicio en el Cuerpo de Bomberos de Panamá, su historia está marcada por la vocación, la solidaridad y la dedicación incondicional a la comunidad.
Desde su niñez, Lourdes sintió el llamado a servir. Inspirada por su familia —fanática de los bomberos— y por la emoción de los desfiles patrios, ingresó en 1992 como voluntaria en primeros auxilios. Ese mismo año se graduó como bombera profesional en la Academia de Bomberos, consolidando así el inicio de una carrera ejemplar que ha combinado el trabajo operativo con una profunda pasión por la formación y capacitación de nuevos voluntarios.
“Lo que más me llena como voluntaria es poder brindar apoyo sin importar la clase social ni el momento. Las emergencias no avisan, y nosotros estamos siempre listos: 24 horas, 7 días a la semana”, expresó con firmeza.
A lo largo de su carrera, Rojas ha liderado importantes iniciativas. En 1995 fue directora de la Unidad Prehospitalaria, hoy conocida como Servicios de Atención Médica Prehospitalaria de Búsqueda y Rescate (SAMER). Participó en el programa de Respuesta Inmediata y, actualmente, se desempeña como coordinadora nacional del curso de Primer Respondiente y Primeros Auxilios, fortaleciendo la preparación del voluntariado en todo el país.
Pero más allá de los cargos, lo que distingue a la Tte. Cnel. Lourdes Rojas es su rol como mujer pionera en las filas operativas del voluntariado, enfrentando desafíos y abriendo camino para muchas otras. Recuerda con orgullo una competencia en la que participó como parte de un grupo femenino entrenado por la Compañía N.º 5: “Fuimos terceras, pero estuvimos a punto de ganar. Ese momento marcó un antes y un después para nosotras dentro de la institución”.
La historia de la Teniente Coronel Lourdes Rojas no solo es testimonio de perseverancia, sino también un llamado a valorar el trabajo silencioso y valiente de quienes, como ella, entregan su tiempo, fuerza y corazón al servicio voluntario, sin esperar nada a cambio.